martes, 6 de abril de 2010

Tu imagen

Veo tus imagenes y pienso "Que bella eres". Pienso para mis adentros en darte gracias por mostrarme la belleza, no solo física, sino también del alma. Conocí a un ángel en la tierra, al más maravilloso de todos.
Tus ojos hicieron que me enamorara de ti e impiden que me olvide de ti. Esos ojos que transmiten una infinidad de sentimientos. Me alegra y divierte ver todo lo que muestran. La intensidad de tus sentimientos. Divertido recuerdo que cada 5 segundos suceden cambios trascendentales en el interior de tu ser.
Dicen que los ojos son la ventana al alma, los tuyos además son una ventana a la eternidad que se me muestra en toda su infinita grandeza, permitiéndome casi tocar con la yema de mi dedo la grandeza del universo.
Tu mirada tan profunda, puede ser tan esquiva como tú, tan alegre como el mejor día de la primavera, tan frío como la más fría noche del invierno más frío del astro sideral más lejano de la fuente luminosa más infintesimal que existe o tan ardiente como el mismo centro del astro rey. La variedad de emociones y sentimientos que se reflejan a través de la ventana de tu alma enmarcada en esa mirada tan dulce y tan severa, tan triste y tan feliz, tan fuerte y tan necesitada de apoyo me han guiado a través de la intensidad del mundo de las emociones.
No es necesario decir lo que es evidente, lo que mi alma grita al permanecer callada y silenciosa en una permanente sensación de vacío, al encerrar un espacio reservado para un ser que alcanza en el interior de mis ideas la categoría de ser superior, la fuente de mis emociones y la meta de mis más insignificantes pensamientos y deseos inalcanzables, tanto como lo es la primera particula que surgió del estallido que dió origen al universo.
Aún así mis pensamientos y acciones traspasan y se sobreponen a centenares de viscisitudes en el anhelo de mantener esa imagen y recuerdo en el espacio de mi ser reservado para venerarte, como combustible que alimenta la azul llama que se entrelaza con el rojizo plasma igneo, formando un cuerpo multiforme que da origen a mi diaria existencia y razón del continuo motivo de ser y vivir.
Despierto de mi ensimismamiento, vuelvo a ver esa imágen que te muestra serena, tranquila, pensativa, con esa maravillosa mirada que parece mirarme y pienso... gracias a tus ojos, tanto te quiero...